Porto Liberal, una ruta directa al Corazón
Pertenecer. Palabra clave de humanidad.
La capacidad de constituir y mantener relaciones -la capacidad de pertenecer-, constituye una fuerza fundamental que atraviesa toda la Humanidad. Nacimos y crecimos en el contexto de nuestro «clan», familia, comunidad, cultura … Sin otros, sin pertenencia, no sobrevivimos ni prosperamos. Esta necesidad biológica es tan poderosa que cuando los cuidadores de un niño le transmiten señales de no ser deseada, querida – de no pertenecer -, las redes neuronal del cerebro pueden activar una respuesta de desconexión, «shut down». Incluso si dispone de calorías (alimento), el niño puede perder peso e incluso morir. Más, esta necesidad de constituir y mantener relaciones no se limita al presente … tenemos necesidad de establecer una conexión a las personas de nuestro pasado. Si no nos es proporcionada la posibilidad de establecer esta conexión-esta narración-, será casi imposible soñar el futuro.
Pero el Porto … ah, el Porto se alimenta de futuro, pues su sueño está enraizado en la herencia de libertad, prosperidad, igualdad y tolerancia … del Porto Liberal.
La Ruta que ahora le proponemos está abajo y más allá, antes y después del objetivo de apenas dar a conocer el Cerco de Oporto. Queremos y creemos que a través de los lugares, edificios, calles, paisajes, colecciones, memorias …, podrá conectarse con las personas que en el siglo XIX hicieron invicta esta que ya era la «muy noble y siempre leal» Ciudad de Oporto.
Vamos a empezar. Dondequiera que sea, dondequiera que nos encontremos.
El primer paso es siempre el de la utopía. El Duero, sobre todo en la época contemporánea, fue signo de apertura al mundo, a los intercambios, pero también a las ideas, innovadoras y progresistas que, marea a marea, libro a libro, empapó a los portuenses en el deseo de transformación política, económica y social.
Segundo paso. El camino de la transformación es la decencia. Puede parecer extraño? Es decente aquella sociedad que no humilla a sus miembros, cuida de los perdedores y protege a los frágiles; es decente la sociedad que asume la responsabilidad moral de incluir. No es pues decencia que podemos entrever en la trilogía Libertad, Igualdad, Fraternidad, concebida en pleno siglo de las Luces bajo inspiración del ideal del liberalismo, y que iluminó la Revolución Francesa? A un tiempo, esta trilogía fue un objeto de combate político y un proyecto de cambio en las estructuras sociales vigentes durante el Ancien Régime.
Tercero paso. El medio de la transformación es la hospitalidad. En el caso de las gentes de Oporto, pues con certeza. Y más? La hospitalidad es marca de lo humano, ya que la civilización dio un paso decisivo, tal vez el (único) paso decisivo, el día en que el extranjero, de enemigo (hostil) se transformó en huésped (anfitriones). Este pasaje debe darse siempre y repetidas veces, y cada generación debe ser educada para realizar ese pasaje y no volver a caer en las lógicas mortales de contraposición entre nosotros y ellos. Hospitalidad. Así fue el Porto para don Pedro y para con los valores liberales. Corazón abierto para acoger, vidas entregadas para defender. Es por eso que esta es una ruta directa al Corazón. Si «amor con amor se paga», corazones con Corazón se rescatan!
Pasos para más? Son los suyos … venga de ahí!
Colaboradores